Y aún así aparecen: cuando la genialidad de la enseñanza del piano resulta contraproducente

Soy una dama relajada en este momento. Y acabo de terminar una bolsa entera de palomitas de caramelo. No juzgues.

¿Por qué estoy relajado? Bueno, el azúcar siempre me ha hecho sentir maravillosamente… pero en realidad tiene que ver con el hecho de que terminé oficialmente con la «temporada de recitales». Este fin de semana me vio como el maestro de ceremonias en el circo que son nuestros recitales de estudio. 165 alumnos actuaron durante todo el día del sábado y 40 “menores de 5 años” la noche del martes. Y debo mencionar que mi hijo de 13 meses contrajo rubéola 4 noches antes y… ¡duh duh duh dah!… mi propia inmunización no funcionó cuando era un niño (soy uno del 5% de la población)… así que yo también lo tengo! El sarampión alemán y los recitales hacen una combinación deliciosa, déjame decirte.

Pero se acabó. Y fue un éxito.

Así que esta semana en mi estudio estaba orando por un poco de paz y tranquilidad. ¿Me atrevo a decir que esperaba algunas lecciones canceladas? ¿Un par de ausencias? Se acabaron los recitales y ya casi son vacaciones; es hora de máxima audiencia para olvidar las lecciones de piano… ¿me da la oportunidad de hacer algunas compras en línea y posiblemente incluso ordenar la zona de guerra que es mi oficina?

Pero no. Todos los estudiantes han venido. Estamos en pleno apogeo de conciertos escolares, fiestas, luces… la gripe… vamos gente!!

Aquí es cuando la genialidad de la enseñanza del piano resulta contraproducente.

Gracias a Dios que la mayoría de ellos trajeron regalos. Y gracias a Dios que la mayoría de esos regalos eran chocolate… y algunas palomitas de maíz con caramelo.

¿QUIERES que tus estudiantes QUIERAN venir a clases? La mayoría de mis hijos irrumpieron en la puerta esta semana exigiendo las próximas actividades de “Shhh… Tu profesor de piano piensa que esto es práctica”. Hemos creado un monstruo… un libro que es tan adictivo para los estudiantes de piano como lo son las galletas para Papá Noel. Échale un vistazo y prepárate para la tristeza de enero que está a la vuelta de la esquina.

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