A veces, no importa qué tan bien preparado esté su estudiante, el Monstruo del Miedo Escénico se afianza. Estás en medio de un recital y miras a tu siguiente artista solo para verla congelada por el miedo, con el rostro sonrojado enterrado en la camisa de mamá.
Sus padres están aterrados y avergonzados (después de todo, trajeron a 14 personas para ver su actuación…). La sala se queda en silencio mientras todos esperan a que su estudiante se acerque al piano. Mamá susurra e intenta alejar a su hijo de ella. Los segundos pasan como horas y la cara de su estudiante se pone más roja (y los padres se vuelven más y más animados e insistentes). El monstruo del miedo escénico ha llegado.
Qué hacer cuando aparece el monstruo del miedo escénico
El Monstruo del Miedo Escénico nunca está lejos: es probable que aparezca en cualquiera de sus recitales, y no le importa particularmente a qué estudiante elige afectar. Incluso sus alumnos más precoces y confiados pueden tener repentinamente un momento de debilidad… y luego ataca. No podemos evitar que aparezca, pero hHe aquí cómo convertirte en un cazador de monstruos de miedo escénico…
1) Aprende a detectarlo – Hay una diferencia entre los buenos nervios pasados de moda y el Monstruo del Miedo Escénico. Los buenos nervios pasados de moda son totalmente normales, y es importante que los niños se animen a actuar a pesar de las mariposas en sus estómagos. Los sentimientos de éxito que provienen de trabajar con esos nervios son poderosos.
El Monstruo del Miedo Escénico, sin embargo, causa ansiedad extrema, pánico y la negativa/incapacidad para actuar. Los dos están relacionados… pero son diferentes, y es importante poder detectar rápidamente la diferencia cuando estás en medio de un recital. A medida que avanza su recital, vigile a los próximos artistas y realice un control visual. Es más fácil lidiar con el monstruo del miedo escénico si no te toma por sorpresa.
2) No dejes que se quede – Es importante reconocer que una vez que un niño se siente extremadamente ansioso, es poco probable que cualquier cantidad de halagos, sobornos, insistencias o presiones lo lleven al escenario. En ese punto, en su mente, los riesgos de actuar superan con creces las recompensas para ella y su cerebro está tan concentrado en su ansiedad que tendrás una verdadera pelea en tus manos si vas a seguir intentándolo… y tú Casi siempre vas a perder.
Incluso si logras llevarla al piano, la probabilidad de que sea una actuación positiva para ella es escasa. Su cerebro está en modo «lucha o huida»… no en modo «Minuet in G». Una actuación llena de ansiedad y tropiezos dañará más su confianza que perderse esta única experiencia de recital. Lo mejor es dejarla ser. No alargue el proceso de esperar, preguntar, convencer… simplemente continúe con el programa.
3) Comprobar para ver si se ha ido – A veces, el monstruo del miedo escénico desaparece espontáneamente. A medida que su pequeña artista se aclimata al entorno del recital, es posible que de repente se dé cuenta de que las cosas no son tan malas como parecían y, una vez que el monstruo del miedo escénico se haya retirado, decida que realmente SÍ quiere interpretar la canción que ha trabajado. durante meses.
Realice una revisión rápida con su niño que alguna vez estuvo asustado antes de que termine el recital y déle la oportunidad de volver a intentarlo si así lo desea. No hay nada más triunfante que la actuación de un niño que ha conquistado al Monstruo del Miedo Escénico.
Su enfoque realmente cuenta…
Estas primeras experiencias frente a una audiencia marcan la pauta para muchos otros aspectos de la vida de sus estudiantes de piano. Hablar en público, recitales de baile… futuras actuaciones en bares de karaoke y discursos de dama de honor… todos se verán afectados por un exitoso (o aterrador) enfrentamiento infantil con el monstruo del miedo escénico. Con un poco de ayuda y comprensión de su parte, sus alumnos pueden aprender a mantener a raya a esa bestia… en sus propios términos, en un entorno en el que se sientan apoyados y comprendidos.