Chopin 24 Études de Panos Karan: el pianista en contacto agrega un nuevo sabor a un trabajo desafiante

⭐⭐⭐⭐⭐

Al hojear el folleto que viene con el nuevo y encantador álbum de Panos Karan, es difícil no darse cuenta de que su trabajo humanitario es tan importante para él como sus grandes actuaciones. Para aquellos de ustedes que no saben, Karan, de origen griego, fundó la organización benéfica Claves del Cambio, una organización cuyo principal objetivo es utilizar la música para mejorar la vida de los niños de todo el mundo. Fotos de él tocando para niños de todo el mundo en áreas como el Amazonas, Rusia y Sierra Leona se intercalan con fotos de él actuando en el Carnegie Hall, Symphony Hall y Tokyo Opera City dentro de la portada del álbum.

No puedo cuestionar su pasión por el piano dada su impresionante e inspiradora lista de trabajo humanitario. Es obvio que tiene un talento único para usar el instrumento para el mejoramiento de la humanidad. Por lo tanto, sería una gran decepción si no se encontrara en su último lanzamiento de los 24 estudios de Chopin, que se grabaron en vivo en el Cadogan Hall de Londres el año pasado.

Afortunadamente para Karan (y para mí al escribir esta reseña), su pasión por el piano no solo se manifiesta, sino que estalla como una inundación que rompe un banco.

En el momento de su composición en la década de 1830, los 24 Études de Chopin fueron considerados revolucionarios por muchos. (Dato curioso: en realidad hay 27 Estudios. Los tres adicionales no tienen un número de Opus). “No solo se convirtieron en una demostración ordenada de un nuevo estilo de piano y las fórmulas peculiares, sino también en un ennoblecimiento artístico de este estilo”. Esas fueron las palabras del musicólogo polaco Tadeusz A. Zielinski. Uno pensaría que casi 200 años después, este sentimiento se habría desvanecido, pero Karan hace que cada pieza suene nueva una vez más.

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A lo largo de su interpretación de Op. 10 y op. 25, es imposible pasar por alto el profundo amor del pianista por estos Chopin Études. Op. 10 No. 3 en mi mayor es particularmente impresionante para mí, ya que tira de la pieza aquí y allá mientras entreteje sus emociones entre las gloriosas notas que se tocan.

El brillo de la grabación puede agregar a la declaración anterior que Karan hace que cada pieza suene nueva una vez más. Sin embargo, le faltan algunos toques adicionales de graves, algo que quizás podría haberse resuelto agregando un poco más de EQ (ecualización de frecuencia) de gama baja durante el proceso de postproducción.

¿Es eso suficiente para quitarle una estrella a este álbum? Absolutamente no.

Bravo Panos, por presentar no solo una actuación al estilo de Chopin, sino también al estilo de Karan.

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