Estoy seguro, como yo, de que usted tiene montones de viejos libros de piano «regalados» por amigos y parientes que limpian sus áticos. Mi propia colección está llena de todo, desde Readers Digest’s “Tesoro de las mejores canciones amadas” a los éxitos del Oeste y del Country de los años 40.
Sé que probablemente nunca usaré estos libros de música, ¡pero simplemente no puedo soportar reciclar o tirar las partituras!
Recientemente, me senté para idear algunas formas de reutilizar estas viejas melodías. Y aunque Pinterest está lleno de ideas astutas que requieren tinas de mod podge (y tinas de paciencia), decidí mantenerme alejado del enfoque astuto y, en cambio, intentar descubrir cómo podría usar esta música retirada como una herramienta de enseñanza.
Después de una pequeña lluvia de ideas, se me ocurrió 7 formas de dar nueva vida a las partituras antiguas… ¡y convertir a nuestros niños del piano en superestrellas de la lectura a primera vista al mismo tiempo!
7 maneras de reutilizar partituras antiguas para convertirlas en diversión de lectura a la vista
- Lectura de notas coloridas: Recorta una línea de cualquier libro de música antiguo y pégala en una hoja de papel en blanco. Dibuje una «leyenda» en el papel usando una variedad de marcas. Por ejemplo: rojo = G, verde = D, amarillo = B. Indique a sus alumnos que usen la «clave» para identificar y colorear las notas correspondientes en la línea de música.
- Identificación de progresión de acordes: Dé a sus alumnos un bolígrafo rojo y una página de música de un libro antiguo. Pídales que identifiquen los acordes primarios de la tonalidad en la que está escrita la música y luego etiqueten los acordes I, IV y V en la pieza, encerrando en un círculo los tonos de acordes que se encuentran dentro de cada compás.
- Arrancadores de composición: Recorta algunos compases de la primera línea de música de un libro antiguo y pégalos en la parte superior del papel de pentagrama en blanco. Pida a sus alumnos que lean a primera vista el fragmento. Luego, ayúdelos a usar las ideas musicales de los compases (opciones melódicas, ritmo, motivos, etc.) para crear una “mini-composición” que actúe como una breve continuación de los compases que les dieron y que sea completamente propia.
- Rock todo el día: Recorta 12 fragmentos de un compás de una pieza de música antigua. Escriba la firma de tiempo y la firma de clave en la parte superior de la página (ya que a algunas medidas les faltará esta información). Pegue las medidas en un círculo en una hoja de papel en blanco, etiquetándolas del 1 al 12 (como la esfera de un reloj). Diga cada número (trabajando las 24 horas del día en orden). Mientras dice cada número, pida a sus alumnos que lean a primera vista la medida correspondiente. ¿Pueden sus estudiantes «rockear todo el día» sin cometer un error?
- Crear una hoja de plomo: Recorta una línea de música de un libro viejo y luego córtala en dos mitades, manteniendo solo la línea de la clave de sol. Pegue la línea de la clave de sol en una hoja de papel. Luego, ayude a sus alumnos a convertirlo en una hoja de plomo; descubre los acordes que “encajan” con cada compás y escribe el símbolo del acorde correspondiente en la parte superior del pentagrama. Cree varios acompañamientos de MI para la nueva partitura principal, lo que permitirá a sus alumnos experimentar con varios patrones rítmicos.
- Adivina la firma de tiempo: Recorta tres líneas de música de diferente piezas para piano Corta cualquier compás que contenga el compás. Entregue cada línea de música a sus estudiantes una a la vez. Pídales que intenten adivinar el compás de cada pieza.
- El gran rompecabezas de piezas de piano: Recorta cuatro medidas consecutivas de una sola pieza para que tengas cuatro trozos de una medida. Coloque los trozos en el orden correcto en el atril. Pida a sus alumnos que lean a primera vista los fragmentos en el orden correcto. A continuación, mezcle los compases para que queden desordenados y vuelva a colocarlos en fila en el atril. ¿Pueden sus alumnos volver a poner las cuatro medidas en el orden correcto?